El cuerpo se rige por homeostasis, pero la homeostasis del espíritu dice
que ganamos estabilidad interna cuando nos desilusionamos y la perdemos
cuando nos ilusionamos. El globo sube cuando pierde lastre y baja
cuando lo gana. Y se pincha y desgarra cuando amamos. La vida real es
puro egoísmo. Por lo que hablar de "vida espiritual" viene a ser, las
más de las veces en nuestra diaria experiencia, una contradicción en los
términos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario