El parto de una idea auténtica dura cientos, si no miles de vidas.
Abarca un lapso que se mide en ciclos astronómicos. El último tránsito
en los cielos fue el de la astrología a la astronomía. En la vida
espiritual, del mito al logos. Y en la material, del PC a la tablet (por
ejemplo). Del macrocosmos al microcosmos. Vivimos en lo micro, bien es
cierto y el microrrelato es nuestro género. Al menos, el mío.
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