domingo, 21 de mayo de 2017
Cuando se trata de decidir hay que tomar partido de la indecisión para
arrinconar todas las variables en una mixtura unitaria que, al final, se
confunde con el destino, con lo que sólo queda dejarse llevar. Este
sabio consejo se lo oí a uno de los siete sabios de Grecia, el más
escorado hacia los bordes del tablero, mientras hacía esfuerzos
denodados por no jugar al siete rojo en la ruleta instalada en la gran
nave de recreo que construyeron los astilleros de Pericles en el Pireo.
El aconsejado no atinó sino a decir "Ozú, maestro, con la venia, yo no
juego". Y los templos de Poseidón recibían sus sacrificios en la forma
de cartas del bacarrá.
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