miércoles, 24 de enero de 2018

Nuestro mayor logro es ser imperfectos, a diferencia del resto de animales que son -casi- perfectos, cada uno en su nicho ecológico. Eso es lo que nos convierte en animales culturales, generando y bañándonos en diversos cánones. Pero eso no basta. Hace falta que el canon occidental -y el oriental- sean sintetizados y destilados por el cuerpo junto con percepciones, emociones, sentimientos y cogniciones para que podamos caminar a cada instante, por ejemplo. Así, un paso es la medida del hombre.

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