Echar perros sobre la vida de cada cual es como condimentar un buen guiso. Con la diferencia de que los perros te salvan siempre, y el guiso se puede quemar.
Quemar las naves con perros a bordo es imposible e intentarlo siquiera es fastidioso pues los ladridos y quejidos te pueden perforar el tímpano.
Un perro es siempre un salvavidas, gritón, generalmente, lo que les da un aire entre saltimbanquis de la vida y paracaidistas al rescate.
Lo dicho. Los perros te aseguran que tu vida jamás pasará hambre y lo hacen con un buen ladrido (que lo dice todo).
Quemar las naves con perros a bordo es imposible e intentarlo siquiera es fastidioso pues los ladridos y quejidos te pueden perforar el tímpano.
Un perro es siempre un salvavidas, gritón, generalmente, lo que les da un aire entre saltimbanquis de la vida y paracaidistas al rescate.
Lo dicho. Los perros te aseguran que tu vida jamás pasará hambre y lo hacen con un buen ladrido (que lo dice todo).
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