jueves, 21 de marzo de 2019

Los buenos políticos sortean escollos que no debían estar ahí. Los malos políticos adivinan donde pone el ojo el buen político, y se apresuran a ocupar esa cota. Buenos y malos políticos se "posicionan" ante los diversos sucedidos, sólo que los buenos políticos puede que lleguen un poco más tarde porque ya miran por donde descargará la siguiente ola problemática. Así que siempre andan mojados y un poco azorados, cosa que nunca se verá en los malos políticos, siempre sequitos y repeinados.

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