Regar los sueños es dar de beber a todas las voces del inconsciente. Dar de beber al sediento siempre ha sido una necesidad. Tanto más al pueblo entero que llevamos dentro. Somos muchos y muchas, inconscientemente, y sólo tenemos un camino, pero gira en múltiples direcciones, hasta que sus aspas hacen volar nuestro lecho.
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