jueves, 19 de diciembre de 2019

El día ha caducado (son las 18.22, invierno). Lo que son las cosas...iba a escribir, "son las 18.22 en el hemisferio Norte". Como dando por supuesto, por sentado, el invierno. Como si viviéramos en un perenne invierno. Es lo que tiene la sucesión de estaciones, que duran lo suficiente para encontrar un hueco dentro de ellas en el que nos agazapamos tan ricamente. Y así, este invierno va a durar lo que dure mi percepción del tiempo atmosférico. Lo que viene a significar que somos poco fiables como estaciones recolectoras de datos, de mera información. No digamos ya de interpretaciones o de retorteros mentales más elevados. El hombre es una caña que piensa, dijo Pascal. Pero podríamos decir que el hombre es una veleta que piensa. No me digáis que la imagen de un gallo metálico a los cuatro vientos no es más sugestiva...Pero en fin, Pascal ganó su apuesta y ha quedado, va a quedar, por los siglos de los siglos su máxima. Y la mía se descompondrá bit a bit, también eso sí, por los siglos de los siglos...

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