lunes, 1 de junio de 2020

Hay una línea que viene de muy atrás y es la que insinúa que la inspiración del artista es un dictado. De las musas, de los dioses...y que nosotros solo proporcionamos el cuerpo, y quizá la mente, para ser modelados. Es una concepción que puede insuflar modestia en la visión del artista, así para nada infatuado. Pero el problema, si es que nos la tomamos en serio, es que tiene una consecuencia indeseable. Si vivimos al dictado, entonces no vivimos nuestra vida.

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