domingo, 14 de junio de 2020

Si la voluntad no está determinada (por causas naturales), entonces tiene que haber un punto en que el hombre deje de formar parte (en alguna medida) de la naturaleza. El problema es que ese punto tiene que remitirse infinitamente (circularmente) a sí mismo si no admitimos que se engarce en algún momento de nuevo a la naturaleza.

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