viernes, 5 de septiembre de 2025
- ¿Qué miras, Schopenhauer?
- El mundo.
- ¿Y? ¿Da vueltas?
- Alrededor de un astro lejano.
- Sí, ¿y vuelve siempre?
- Gira y gira en constante retorno.
- No me digas más, amigo: creo que ya sé de lo que escribes.
- ¿Sí?
- Tú eres mago y das trucos de malabares.
- Hombre...No está mal visto. Yo soy filósofo y puede decirse que los filósofos hacemos eso.
- Llegará algún día...¿Vosotros decís eso, no?
- Yo digo más bien que el día ya está llegando a su ocaso, pero bueno...Mira, yo soy de los que piensan que la vida es sueño y que el despertar no será dulce.
- Ya...Andas a trompadas con el mundo.
- Por eso digo que el mundo es voluntad y representación.
- ¿Sabías que los indios les robaron a los chinos el secreto de los pañuelos?
- Es posible, llevan lagrimeando miles de años.
- Un pañuelo es todo lo que separa a tu nariz del mundo.
- ¡Está bien visto! Se lo recordaré a mi perro esta noche.
- Te dirá, moviendo el rabo, que quiere cenar...y bien está.
- Hasta la vista, Aristú, se me ha hecho tarde.
- Adiós, Arturo. Y buen olfato.
- ¿Para la filosofía?
- Sobre todo a la hora de la cena.
martes, 26 de agosto de 2025
Hay una tendencia en filosofía que lleva a aseverar que el mundo - las cosas y las personas - puesto que son conocidas solo a través del sujeto son, en realidad, desconocidas para mi (y para ti). Sí porque solo las conozco indirectamente. Como no podía ser de otro modo, diría yo, puesto que me parece que es una verdad de Perogrullo que el sujeto conoce (yo conozco) y que las cosas no están disponibles inmediatamente para mi sino solo a través de las percepciones. Lo contrario vendría a ser algo así como que yo fuera uno con las cosas (y las otras personas), lo que me parece que es un sinsentido. Se tardó muchos siglos en ser consciente de esta verdad. Para mi esto se podría renombrar como la democracia del objeto puesto que la situación filosófica anterior en la que supuestamente el sujeto conocía sin intermediación a las cosas las situaba, de hecho, en un plano de inferioridad respecto al sujeto cognoscente (ya que este las violaba constantemente y a placer, podría decirse, pues no podían ocultar nada de lo suyo: ni un ligero velo las cubría). Desde la asunción de esta verdad que he expuesto más arriba, el mundo, las cosas y las demás personas, está en pie de igualdad con el sujeto que conoce. Cada uno tiene su reino autónomo, podría decirse, aunque ambos estén inextricablemente entrelazados. Sí, darse cuenta es uno de los placeres más grandes - y misteriosos - de este mundo.
sábado, 16 de agosto de 2025
El punto cero de la estética de la monarquía absoluta es el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Felipe II creó un emblema-construcción que sería replicado un siglo después con Versalles, la adaptación de Luis XIV al gusto francés del modelo original. Después ya todo serían réplicas. ¿Se puede hablar de vanidad absoluta de ambos reyes? Sí y no. Para mi es un error extrapolar la psicología de la clase media a la de los reyes y otros emperadores. Creo que la clase alta, históricamente, se ha regido por otras leyes. El ejemplo paradigmático es el caso de Luis XVI y María Antonieta. Después de su matrimonio, no tuvieron hijos durante casi 7 años. Al parecer ninguno de los dos sabía qué había que hacer para tenerlos. Y tuvo que ser un colega de Luis XVI, Federico de Prusia quien, durante una visita a la corte francesa, mediante parábolas y ejemplos pusiese a Luis al corriente de las cosas. El Escorial, con el transcurso del tiempo, se ha fosilizado y Versalles, finalmente, se ha perfumado. Ambos edificios subsumen el espíritu de una época seguramente más honesta y, en el fondo, menos hipócrita que la nuestra. Pero las dobleces, aun en los pañuelos, fueron un invento de los chinos que Occidente con los años se ha dignado incorporar a su acervo. Y así ya nadie habita Versalles, antena cósmica de fantasmagorías y alusiones múltiples. Porque ya nadie quiere ser señalado como monarca absoluto pero haberlos, haylos...
miércoles, 6 de agosto de 2025
Perdiendo la paciencia...Yo, que soy de natural tímido, he tardado muchos años en asumir las consecuencias de mi rasgo de personalidad. Los tímidos, al ser recesivos, ahorramos en ademanes y aspavientos. Sería así, en mi caso, de no combinarse esa timidez con una soberbia y vanidad encumbradas, durante muchos años, al palo del gallinero de mi infantilismo. Así, he vivido como una cabeza loca durante la mayor parte de mi vida adulta. Aunque, ya pasados los 50, empecé a recular hacia modos de comportamiento más morigerados. Progresivamente, he ido achicando vanidades y, por el contrario, he ido haciendo acopio de una timidez coherente consigo misma que me ha permitido ir perdiendo la paciencia en cada vez menos ocasiones y lugares. Genio y figura hasta la sepultura, dice el refrán español. Pero yo, que creo haber muerto en muchas ocasiones, y resucitado otras tantas, he podido permitirme, finalmente (a la vejez, viruelas), ser inteligente en mi vida. Sí, yo que he creído durante toda mi vida que era muy inteligente, no lo era para nada en mi vida, al contrario, era muy tonto. Ya no lo soy tanto y por ello doy gracias. A medida que maduraba he ido comprendiendo un poco a los animales (no humanos) y les he apreciado cada vez más. Mi amigo Claudio dice que me reencarnaré en vaca de La Tordilla (Argentina). Y no me extrañaría lo más mínimo.
viernes, 25 de julio de 2025
Son las 9 de la mañana de un día de vacaciones (de verano). Hay suspensión vital, sí, como podría haber calima en el exterior del apartamento. Ya sabéis, esa sensación extática y muy placentera de que el decurso habitual de las cosas se ha detenido (por unos instantes). La mañana es fresca, cosa rara en la canícula, llevamos varios días así lo que es muy de agradecer. Hay un silencio ambiental bordoneado por bajos continuos acolchados. No en vano vivo en el centro de una bulliciosa ciudad. Pero ahora, ya digo, por un instante, todo está en paz. Hay que aprovechar que la vida da estos momentos para comprobar que todavía puedo acompasar mi cuerpo a una onda tranquila, suave, bien ritmada que, sin aspavientos muestra que la vida (y la nave) va. Tengo que darme a mi mismo estos toques puntuales pues mi edad me lleva insensiblemente a morir, que no a descansar. A veces creo que la muerte viene y va, entrelazada con la vida, y que muero muchas veces y cada vez más a medida que me voy haciendo viejo. Y cada muerte abre un boquete en la vida por el que se escapa algo que me importa. La muerte da mordiscos hasta el final. Ahora noto que ya va levantando otra vez las orejas la vida, sí, elevando el tono de alerta hasta casi niveles normales. Ya son casi las 9.30.
miércoles, 16 de julio de 2025
Los sucesos de Torre Pacheco son de todos conocidos. En España, entre un 15 y un 20 por ciento de la población tiene ideas racistas e integristas en general. Los adalides de este movimiento político hablan de echar a los inmigrantes, pero no tienen en cuenta que la población española autóctona no está dispuesta a retroceder a tiempos en que el cuidado de los ancianos y de los dependientes en general, los trabajos agrícolas, el trabajo doméstico y muchos empleos en el sector de servicios y construcción estaban a su cargo. Pensar lo contrario sería querer emular a Alejo Carpentier en su cuento "Viaje a la semilla" en que, a modo de película cinematográfica proyectada a la inversa, los sucesos iban retrotrayéndose hacia un origen determinado. Estos hechos mencionados no son sino un caso particular de algo más general, propio de nuestra época. Y es el egoísmo generalizado que, en sectores de izquierda o progresistas llevan a lo que sus detractores llaman "buenismo", y consiste en adoptar posiciones políticas relativas a ciertos sectores de la población que no tienen en cuenta la realidad sino fantasías morales que satisfacen el elevado concepto que estos egoistas tienen de sí mismos. Por ejemplo, la idea de que la prostitución debe ser "abolida" sin tener en cuenta los intereses de las mujeres que voluntariamente la practican sea porque consiguen ingresos más elevados de aquellos a los que podrían aspirar en otros trabajos o también porque prostituyéndose tienen horarios de trabajo flexibles no sometidos a las coerciones de un trabajo por cuenta ajena. En el lado de la derecha, ese egoísmo se manifiesta en el hecho de que todos los hombres quieren ser Soberanos, al modo del anuncio televisivo del último franquismo que promocionaba a un coñac (de nombre "Soberano") bajo el lema de que "En España, cada hombre un Soberano" y todas las mujeres princesas del cuento del guisante. Sí, aquel en que se identificaba a las princesas porque no podían dormir a gusto sobre 3 colchones si bajo aquellos se colocaba un guisante. Estos hombres y mujeres de derecha extrema no sufren que su epidermis sea rozada por inmigrantes, y por diferentes, en general. Es una situación difícil la actual y, como siempre, la política es el arte de lo posible en cada momento. Tirando del egoísmo ambiental, yo en algunos años por venir me abstendré en este debate debido a causas sobrevenidas e inapelables. Sí, la parca no atiende a razones.
domingo, 6 de julio de 2025
He estado 2 veces en contacto con una inteligencia artificial y me ha dado la impresión, por su redacción de las cuestiones que le he planteado, por como engarza los temas, como razona y redacta, que ahí no solo hay información sino inteligencia. La inteligencia artificial no tiene cuerpo, luego no puede desear nada, en particular, desear hacernos daño. Creo que ha sido relativamente fácil replicar la inteligencia humana pero que será mucho más complicado replicar un cuerpo. Quiero decir, pensando p. ej. en los coches autónomos, que habrá muchos accidentes. El problema no es la mente, es el cuerpo o, si lo queréis decir así, la unión mente-cuerpo. Pronostico que se tardará muchos, muchos años en resolver esta cuestión. Porque el cuerpo es lo que responde a la onda general y generatriz que recorre un sector de la realidad, abarcando desde las nubes de un sector del cielo, a los árboles de esas calles y los cuerpos de humanos y animales que por allí circulan, llegando hasta a modular las vibraciones de mi aire acondicionado o el motor de mi refrigerador. Creo que cada sector de la realidad, aún por definir científicamente, responde al unísono, siempre en función, claro está, de la sabiduría y experiencia de cada cuerpo para armonizar con la onda generatriz general. De cada cuerpo y quizá de cada cosa. La realidad, nos pese o no nos pese, es el cuerpo y no la mente (humana).
domingo, 29 de junio de 2025
Otro año más que llega el verano. Sí, no es una boutade, pues para cada uno todo es gratuito. La vida, la realidad, en cualquier instante puede estallarte en la cara como una pompa de jabón. Vivir, sí, es un gran triunfo que te lleva de victoria en victoria hasta la derrota final, como decía Groucho. Y el verano es la estación...del veraneo. Sí, como casi todos los años tengo vacaciones en verano y, por unos días, se acabarán el metro, madrugar y todos los gestos y rituales del trabajo. Hay que vivir hasta en vacaciones... Con el paso de los años y acentuándose mi natural austeridad doy por hecho que para que haya oficialmente un verano tengo que tomar a) un helado b) un granizado de limón y c) un vaso de horchata. Una vez cubiertos esos rubros ya me doy por satisfecho y siento que he veraneado. Ahora ya solo queda pasar calor. Bienvenido sea.
jueves, 19 de junio de 2025
Naturalmente, la diferencia fundamental entre ciencias duras y humanas es que tratan respectivamente, de objetos y de sujetos. Podría decirse que ello implica diferencias en la aplicación del “poder” coercitivo de ambos tipos de disciplinas. Así, la física “impone” al objeto la teoría concreta de que se trate sin posibilidad de réplica o discrepancia por parte de este. Y al imponerle la teoría le impone el tipo de preguntas que le hace y por tanto el margen de respuestas posibles. A diferencia de las ciencias humanas en las que el sujeto siempre tiene posibilidad de réplica. Quiero decir que el discurso de la física se detiene llegado a un punto y esto es lo que caracteriza a la verdad bien fundamentada de su ciencia. Cuando no se puede añadir nada más, ahí se encuentra una verdad científica. Este criterio pragmático de la verdad no se puede aplicar en ciencias humanas pues lo que caracteriza al discurso entre humanos es que no tiene fin. Siempre se puede decir algo más. Con lo que nunca se alcanza verdad alguna. La ciencia humana es siempre materia de opinión.
domingo, 8 de junio de 2025
Desde el final de la 2ª guerra mundial hay dos hechos básicos que han modificado el panorama general. En primer lugar, todos los pueblos del globo han adoptado el Estado-nación que surgió en Europa en los siglos XVIII-XIX, con lo que se ha impedido de hecho la continuidad histórica del colonialismo pues un hipotético colonizador actual se enfrentaría no a pueblos o tribus desunidos sino a estados organizados o al menos a proto-estados imbuidos de nacionalismo. Ejemplo claro de ello son los fracasos de los últimos estadios evolutivos del colonialismo, esto es, la injerencia internacional humanitaria y la justicia universal. Véase las guerras balcánicas y las invasiones de Afganistán. En segundo lugar, se ha generalizado universalmente el sistema económico capitalista, en dos versiones, el neocapitalismo occidental, y el capitalismo de Estado chino y ruso. La primera versión últimamente parece que pierde fuelle y está tomando algunos elementos prestados de la segunda. Véase el auge de las extremas derechas en Occidente, con su demanda, entre otras, de mayor nacionalismo y rechazo a la inmigración. Así, el derecho y la economía han visto el triunfo pírrico de Occidente, no así la cultura, la sociedad, la religión...Occidente vive horas bajas también debidas a la filosofía pues los pueblos europeos han ido gradualmente adoptando el imperativo categórico kantiano que el propio Kant consideraba un ideal utópico inalcanzable. Con lo que, de paso, han perdido todo el ardor guerrero que les caracterizaba y se han convertido, en su mayor parte, con la excepción por el momento de Estados Unidos e Inglaterra, en presa fácil para cualquiera que se de cuenta de ello. Y si no, al tiempo...
domingo, 1 de junio de 2025
El verano es la estación en que los bebederos de agua para perros y otros animales son más necesarios. Para los caninos de paseo recorriendo el barrio es un juego delicioso ir saltando de estación de abrevadero en estación de abrevadero. Generalmente a cargo de tiendas y comercios que se responsabilizan de más necesidades de sus clientes potenciales que las estrictamente comerciales. Lo que es muy de agradecer. Y de paso es un buen indicador de algunas virtudes, comerciales o no, de los tenderos del barrio. Los pájaros lo tienen algo más difícil pues no van acompañados de humano consumidor. Reconozco que hasta ahora no había dispensado una pequeña provisión de agua para ellos en mi balcón. Creo recordar ahora que alguna vez hice el experimento pero resultó fallido. No recuerdo muy bien por qué. Y lo vuelvo a intentar. Ya informaré de los resultados. Cada vez voy adquiriendo más hábitos de jubilado. No es mala cosa pues mi jubilación está próxima. A ver si sobrevivo algún tiempo, lo suficiente para ayudar a prosperar a alguna paloma, a algún gorrión y a alguna que otra planta. Porque los humanos saben disponer de mi, relativas, inocencia e ingenuidad dado que pertenezco a la misma especie que ellos y esa marca de mi personalidad conlleva que no compita mucho con mis personas próximas mientras comparto el nicho ecológico.
miércoles, 21 de mayo de 2025
Algunos filósofos dicen que la experiencia solo es transformadora si se está capacitado mentalmente para ello. Pero no será esto la pescadilla que se muerde la cola? Sería como decir que la experiencia solo se puede "guardar" en los "recipientes" que previamente deben estar preparados. ¿Y eso no significa que esas experiencias nuevas han sido ya previamente vividas de algún modo? Con lo que se negaría la linealidad del tiempo psicológico. Lo que es una negación de la posibilidad de crecimiento psicológico. Un sinsentido, vamos. O si no también se podría aducir que la vida nos conduce en forma determinista solo por los derroteros para los que estemos preparados. Y así la vida sería un simulacro o una representación teatral en la que ya está escrito el guión. El sino, el destino, el fatum. Sí, tiene sentido.
domingo, 11 de mayo de 2025
Confieso que nunca me he planteado seriamente el sentido de la vida. En primer lugar, diré que no se puede antropomorfizar la naturaleza. Quiero decir que los valores humanos no son aplicables a la naturaleza. En particular, decir que el mundo sea justo o injusto carece, para mi, de sentido. La naturaleza o el universo ni tienen ni dejan de tener sentido alguno. Y este principio aplicado a mi vida, para mi se expresa así: nunca podemos abarcar realmente la totalidad de nuestra vida. Mi vida, en su totalidad, es un concepto abstracto que no tiene correlato empírico pues realmente lo que podemos tener, más o menos, en mano son porciones o segmentos de nuestra vida. Aquellos que podamos abarcar mentalmente con algún sentido concreto, sea en forma de recuerdos o de vivencias reales. Así, desde mi punto de vista, la totalidad de mi vida es un elemento natural y no antropológico al que no podemos aplicar valores humanos, como el sentido. Mi vida ni tiene ni deja de tener sentido alguno. Sí lo pueden tener porciones o segmentos concretos de mi vida, pero eso ya es, ¿no os parece?, otra cosa.
jueves, 1 de mayo de 2025
Dios habita en el mundo de las verdades de razón que son las que no se refieren a hechos del mundo sino a meras relaciones lógicas en el interior de una proposición. Porque Dios no puede conocer sobre el mundo, ya que lo que permite conocer es la limitación, la finitud. Conocer algo es completarnos un poco, ensanchar nuestros límites. Así, es algo propio de los seres humanos, de los seres vivos, en general. Puesto que Dios habita la eternidad no dispone de un reloj para medir cuánto le falta por conocer. Y las verdades de razón, un ente lógico, serían el pasadizo que conecta la eternidad con el tiempo. No os extrañéis, porque el hombre es la intersección entre la eternidad y el tiempo. Si viviera hoy San Anselmo, estoy seguro de que deduciría a Dios utilizando las verdades de razón.
domingo, 20 de abril de 2025
Siempre he pensado que el lema de la ciudad de París, "fluctuat nec mergitur", fluctúa pero no zozobra (campando en su escudo sobre la imagen de una nave), es el mejor emblema de mi vida. Y supongo que de las vidas de cada cual. Sí, vivimos peligrosamente, ni que sea metafóricamente. Yo tengo una vida interior azarosa y aventurera en la que interpreto ante mi mismo el papel de un aguerrido pirata del Caribe o de las Molucas. Exteriormente, mi vida es de un platitud casi asombrosa. Y, mientras, yo me bato en feroz lucha contra molinos de viento que se me aparecen constantemente en forma de, qué sé yo, una sección musical en la Pasión según San Mateo, de Bach, que estuviera escuchando con arrebol, y que me ofreciera de repente un desafío musical e intelectual. Que debo superar prestamente para seguir sobreviviendo. Sí, mi vida interior está plagada de estos y muchos otros desafíos que atentarían contra mi tranquilidad y paz espiritual de no levantarlos raudamente mediante alguna finta ingeniosa y ocurrente. Es como si viviera en el interior de un sudoku gigante y tridimensional. Así, cómo queréis que me aburra? Por cierto, feliz y reconfortante Semana Santa para los católicos, periodo este de renovación anual y puesta a punto espirituales, que no espirituosos, sin una copita de orujo que llevarme al coleto... ay, la bohemia interior, inversa y oculta.
jueves, 10 de abril de 2025
Las verdades de razón o tautologías (que siempre son verdaderas y por ello, indubitables) son todas ellas equivalentes a la proposición "Solo sé indubitablemente que no sé nada", (sobre el mundo), puesto que las tautologías se caracterizan porque no tienen contenido fáctico; y esa proposición es contradictoria pues equivale a: "Sé y no sé simultáneamente", con lo que no hay verdades de razón y solo puede haberlas de hecho (referidas a alguna característica del mundo). Si lo que acabo de decir fuera cierto creo que la lógica moderna se derrumbaría. Roguemos al Señor, y a los lógicos, porque me haya equivocado.
lunes, 31 de marzo de 2025
Yo tengo la idea de que los humanos hibernamos, sí, como los osos...Andamos en modo zombi en invierno y, llegado cierto albor de la primavera, dada la altura del sol en el horizonte, algún rayo bienhechor nos despierta. No sé qué es mejor, desde mi punto de vista, si la somnolencia del invierno que, en modo semi-automático previene mayores males, o bien la actividad del estío que propicia toda suerte de choques y colisiones por la premura con que nos movemos. Si realmente somos bidimensionales fisiológicamente hablando, no somos binarios desde el punto de vista de las opciones que tenemos que afrontar en nuestra vida. La vida es multifactorial y magmática pero imprecisa en nuestra retina y en nuestra memoria. No sabemos, la mayor parte de las veces y gracias a eso, en guerrera oposicion, podemos acumular briznas de saber que son el tesoro que nos hace humanos. Humanos que sueñan en invierno y febriles en verano. No somos uno sino dos o muchos más...
domingo, 23 de marzo de 2025
Es curioso que Platón al instaurar la verdad, la bondad y la belleza como máximos valores humanos se dejara en el tintero a la inteligencia. ¿No es cierto que muchas veces se nos ha planteado la dicotomía: "¿qué prefieres, más belleza o más inteligencia?"? De la bondad, curiosamente, poco se habla. Creo que la cuestión estriba en que en la época clásica el caudal de las verdades sobre el mundo no estaba al alcance de todas las personas. Como sí lo está ahora cuando, por ejemplo, para saber del mundo puedes estudiar 5 años de física y ponderar luego la bondad de las teorías de cuerdas o del big-bang. En la Antigüedad y durante mucho más tiempo el centón de las verdades no estaba al alcance del primero que quisiera meter la mano en el saco. Se requerían muchos años de experiencia, estudios y aprendizaje, a veces toda una vida, para poder atisbar el conjunto de las verdades sobre la vida y el mundo. Así, conocer la verdad, in genere, presuponía la inteligencia del conocedor puesta duramente a prueba en inacabables trabajos intelectuales. Ahora puedes buscar en internet cualquier cosa sobre cualquier tema y saber cualquier verdad de la profundidad y hondura que ansíes en un instante. Creo que es una gran diferencia.
lunes, 17 de marzo de 2025
Es posible que actualmente el número y la calidad de experiencias adecuadamente frustrantes de los jóvenes esté decreciendo. Según algunos psicólogos sólo las vivencias frustrantes, debidamente valoradas y procesadas internamente, se convierten en experiencia vital, siendo las vivencias placenteras únicamente objeto de disfrute y no de meditación. Así, el aprendizaje y maduración como persona se fundamenta en la frustración, debidamente procesada y valorada. Si los jóvenes acumulan menos experiencia, ¿será casualidad que, correlativamente, su ego se vaya acrecentando, incluso a veces desmedidamente? Sería curioso que hubiera un quantum estable para cada persona de potencial psicológico, formado por el conjunto compuesto de exterioridad (experiencias) e interioridad. Siendo el ego una parte de la interioridad, a menos cantidad de experiencia debería haber probablemente mayor cantidad de ego. Pudiera ser que la hipertrofia del ego fuera la válvula de escape que con mayor economía de medios (psicológicos) permitiera equilibrar esta ecuación. ¿Y no es precisamente así? Me encanta divagar sobre estos temas...
sábado, 8 de marzo de 2025
Si la ontología queda en suspenso como cuestión filosófica, la libertad también pues no es solo cuestión de energía en un campo sino de masa, masa crítica que se coagulaba alrededor del ser (humano). Y si la libertad cesa, en qué queda Occidente sin su valor esencial? Será este un momento de reconciliación? Occidente y Oriente tirarán del mismo carro? Todas las flatus vocis anteriores, pues eso son, quedan asimismo en suspenso pues nadie, nadie (o casi nadie) ha leído mi libro...en el que argumento sobre estos temas. Así, hay al menos un ego, el mío, que se yergue impávido para contradecirme a mi mismo. De modo que la verdad tendrá que hallarse en otra parte, en una tarde lluviosa aquí, hago, de verdad, como quien oye llover.
lunes, 24 de febrero de 2025
Una mentira sumergida en su medio desaloja la misma cantidad de realidad de signo inverso. Pues la mentira bien encaminada genera una realidad alternativa y opuesta a la que desmiente explícita o implícitamente. Es así la mentira la única máquina del tiempo realmente existente. Vivimos todos los seres vivos, capaces de mentira, en continuos virajes y cambios de rasante de nuestra realidad. No es de extrañar que la máquina descarrile a cada tanto. Pero la única víctima es el ridículo.
viernes, 14 de febrero de 2025
Creo que hay un flujo de pensamiento (entiendo aquí por pensamiento también percepción y sensaciones de todo tipo), solo conozco uno. Ahora bien, el titular de ese flujo de pensamiento no sé muy bien quién es. Es decir, la conciencia (ser consciente de ese flujo de pensamiento) se me escapa. Es normal, puesto que solo puedo acceder a ella como a un pensamiento más. Así, no creo que piense luego exista (en una posterior versión Descartes elimina la conexión lógica intermedia y expresa "pienso, existo"). Como veréis, si existir es para mi algo que está inmerso en la duda, no os extrañe si extrapolo y digo que lo que exista (el mundo) está desafectado y, francamente, no me importa en qué estado esté. Luego, la ontología para mi, (lo que haya, lo que sea que es real) no es una cuestión filósofica pertinente. Me importa mucho más la narración, o el pequeño libro de mi vida como queráis decir. Las historias, y luego la Historia, me interesan vitalmente. Es, quizá, mi pequeño homenaje a Ortega ahora que se cumplen alrededor de 100 años desde su florecimiento intelectual.
lunes, 3 de febrero de 2025
Los tiempos. El metrónomo y el diapasón internos que todos llevamos a cuestas. Nuestra vida toda es una coreografía que traemos medio aprendida por educación y experiencia y que modificamos, aquí y allá, para mejorar - o empeorar - en algún punto. El baile, por extensión lo lúdico, el juego, son nuestra savia y nos dan, o nos quitan, vitalidad. Todo esto es bien sabido. Danzad, danzad, malditos... era el título de una película. Yo bailaré, y espero que alguna vez, muy hacia el final de mi vida, alguna variación del baile de San Vito... si alguna araña compasiva me quiere hacer el favor.
viernes, 24 de enero de 2025
Es la primera vez en casi 500 años que el centro peninsular tiene capacidad de contrapesar económicamente a la periferia. La región del gran Madrid pesa más que el primer periférico, Cataluña. Hasta el siglo XVI el centro, Castilla, tenía mayor importancia económica que la Corona de Aragón, grosso modo el arco mediterráneo. La balanza se decantó claramente en el siglo XVIII y desde entonces había seguido así. El gran Madrid no solo incluye la región de Madrid sino también casi todas sus provincias limítrofes: Toledo, Guadalajara, Ávila, Segovia y, en menor medida creo, Cuenca. Están muy imbricadas y forman en alguna medida un conurbano, conectado por AVE con lo que seguramente, de aquí a poco, el halo madrileño se extenderá a Salamanca y quizá Valladolid, configurando en esencia otra vez el núcleo de Castilla. Es un vuelco histórico de gran importancia y una de sus primeras consecuencias, a largo plazo, será un mayor peligro para la unidad de España. Hasta ahora había tendencias centrífugas, independentistas, en algunas zonas pero ahora ya despunta entre los habitantes del interior un mayor desapego y despreocupación hacia las veleidades independentistas de alguna región. Claro es, se sienten más seguros de sí mismos y fuertes y empiezan a pensar que no necesitan ni siquiera económicamente a los díscolos que quieran separarse. A partir de ahora puede que Castilla deje voluntariamente de llevar las riendas de España. Quedamos emplazados para algún momento del futuro...Quien vaya a poder verlo.
sábado, 11 de enero de 2025
Ya bastante antes del Brexit, en Reino Unido eran muchos los que pensaban que los europeos continentales no les querían, les tenían envidia o cuando menos, cierta tirria. Es posible que esta presunción de mala fe hacia los europeos tuviera origen en la forma en que Inglaterra perdió su imperio colonial. A diferencia de España, por ejemplo, que perdió el suyo sin medias tintas ni paliativos en el primer cuarto del siglo XIX, ¿se podría fijar claramente una fecha para la que Inglaterra perdió el suyo? Sí, era ya otra época y los flujos económicos del capitalismo permitían y propiciaban un engarce entre antiguas colonias y metrópoli que hace mucho más difusos los límites entre colonialismo y simple paternalismo económico. Así, Gran Bretaña forjó, en un santiamén, la Commonwealth o Comunidad de Naciones. De esta forma, ante un Imperio que es y no es al mismo tiempo, la ambigüedad psicológica en que resulta para los británicos podía quedar mitigada si empezaba a presuponerse en el otro por antonomasia que son los europeos continentales, una animadversión manifiesta, producto, supuestamente, de la envidia y resquemor ante el poder y la gloria inglesa. Si ladran, cabalgamos, en este caso sobre las olas. Pero la consecuencia de estos años continuados de no querencia continental llevó, de rebote, a odiar a los odiadores, y tiro porque me toca, al Brexit. Con lo que ahora, Reino Unido está solo ante el peligro otra vez, pero sin el amortiguador de un imperio colonial realmente existente. Parece que cerrar en falso el necesario trauma ante la pérdida de las colonias ha llevado a Gran Bretaña a tomar el camino equivocado...Quién sabe, muchas vueltas da la historia.
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