viernes, 28 de abril de 2017
Todos los perros tienen alma de perros ovejeros, porque circundan
nuestros sueños, justo antes de que cerremos el ojo, cuando contamos
ovejitas. Los perros de los perrunos lamen la cara o la frente, o ambas,
de sus dueños y amigos, -que a veces se encuentran lejos de ellos-,
para que den un último empujoncito a la última ovejita. Y los
anti-perros echan el spray matamoscas a su alrededor, de jure o de facto
-digo yo-, para que ningún ente animal les haga lagrimear. Porque
justas lágrimas ya echan de por sí por privarse a voluntad de la
compañía de los santos perros.
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