martes, 11 de junio de 2019

Devolver es compartir otra vez. Por segunda o por enésima vez. Cuando se va repitiendo, se va afianzando una relación de mutua aceptación compartida. Es la base de las mejores relaciones adultas, de las más sanas y fuertes. Así, devolver es grato y se vuelve tan sencillo como asumir la simplicidad esencial -y a veces oculta- que tienen las relaciones humanas más sanadoras.

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