domingo, 8 de septiembre de 2019

La noche del veneciano Giacomo Casanova también pudo ser madrileña. Aquí sedujo a una aristócrata, como relata en sus memorias redactadas en su puesto de bibliotecario del castillo de un noble de Bohemia en sus vejeces. ¿Pudo cantar bajo la luz de la luna algún canto festivo alusivo a su conquista? El maestro José Guerrero así lo establece en una de sus zarzuelas. El canto es plato de gusto tras coyundas guerreras y Giacomo podría ser una máquina de guerra fantasiosa plasmada en los códices Madrid de Leonardo da Vinci, que se conservan en nuestra Biblioteca Nacional. Así que todo quedaría en casa.

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