domingo, 22 de septiembre de 2024
Creo sinceramente que la mejor solución para lograr la definitiva inserción, tan anhelada, de los militares en la vida civil pasa por dar un golpe de estado. Sí, los militares que están habituados a mandar pueden sentirse satisfechos si los civiles fingimos que nos mandan tras perpetrar un golpe de estado. Suya pasa a ser la responsabilidad política y los políticos civiles, confortablemente encarcelados o exiliados, pueden dedicarse a pensar, acto de gran peligro para ellos cuando están en activo. Podrían salir los niños de nuevo a jugar a la calle, qué sé yo que otras fabulaciones maravillosas se convertirían en realidad. Sí, definitivamente esta es la solución a los problemas, si no del estado, por lo menos del estadillo de las oficinas de objetos perdidos, pues como toda la sociedad estaría de golpe más ordenada los despistes diarios de los ciudadanos en la vía pública se reducirían mucho al limitarse la confusión viaria pues todo se reduciría para nosotros a seguir a pies juntillas los sonoros, y simbólicos, toques de silbato. La felicidad estaría de pronto al alcance de la mano, al menos para la mano y los dedos que tocan la corneta.
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