Adelina, Asistida, se convierten facilmente en seguridades de la memoria
para acaparar nombres poco habituales de mujer...eso si, roban espacio y
son como cookies que tienen que borrarse regularmente, con el peligro
de dejar en blanco a mas de uno. Y las tildes que desaparecen
misteriosamente, nos haran pensar en trampas del escribidor? O seran
signos del lenguaje que, esperemoslo, perduren en la memoria?
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