Las creencias, p.ej. la creencia de que la tierra no se va a hundir bajo
mis pies, son adictivas y su uso una forma de drogadicción en la que
todos caemos. Pueden llegar a ser letales, p.ej. la creencia de que
puedo caminar sobre las aguas, pero normalmente tenemos un regulador
interno que nos permite bandearnos adecuadamente entre creencias y
realidades, siendo así su consumo inocuo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario