domingo, 30 de septiembre de 2018







La conferencia

El relato completo no tiene otra base que la locuacidad diarreica de los conferenciantes, siempre enzarzados en discusiones, si no bizantinas, sí al menos algo abstrusas.

Se separa de cualquier pormenor al uso la continuidad en la narración, que deviene así propiamente dicha, inane y falaz.

La construcción completa recaba mucho de sus andamiajes de la tabula rasa practicada por los conferenciantes, pues es sabido que, cada sucesiva intervención se inicia en el vacío, al no hacer el menor caso de las precedentes.

La forma correcta de tomar el rábano por las hojas es al dente, pues de cualquier otra forma resulta o bien coriácea, o bien nauseabunda.

Así, el relato se inicia y prosigue luego a trompicones, como en sucesivas arcadas de comensal mal enseñado (y peor dispuesto).

Hay aleluyas y plácemes mal dispuestos y peor entendidos, no podía ser de otro modo dadas las bases en que se asienta.

La combinación de todas las onomatopeyas y concursos de ideas, mezcladas de consuno, provoca el asqueo y disgusto de cualquier oyente o lector.

Sabido es que la lectura pormenorizada de las actas de la conferencia a nadie se le ha ocurrido, ni creo que a nadie se le vaya a ocurrir.

Sabemos que, muchas veces, se tomó la parte por el todo, y el todo es una argamasa de tal densidad gramatical que difícilmente se podrá trocear o tomar en porciones digeribles.

No se resolvió en ningún asunto, ni en ninguna entrada, como era de esperar. Pero, eso sí, los traductores simultáneos estaban contentos. Les daba tiempo hasta a degustar sopas minestrone durante su ímproba labor.

La duración de la secuencia de actos es incontrastable y el espectáculo a que dio lugar tuvo efectos inenarrables, por el derecho y por el revés.

Poco a poco, la marea alta de la locuacidad dio paso a la marea baja del sopor y hasta del sueño sobre los atriles de los conferenciantes.

Así, se declaró match nulo por la incomparecencia en vigilia de todos y cada uno de los presentes.

Las consecuencias para la paz mundial fueron contundentes e inmediatas. Se declaró, en ausencia de contrincantes, la paz perpetua en todo su vigor y extensión.

(Se hizo un molde en yeso de la sala de conferencias y su contenido para dar cumplida constancia de lo ocurrido, sin parar mientes en desgracias coyunturales y personales de los ya caídos y yertos en acto de servicio, conferenciantes)

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