martes, 10 de marzo de 2020

Cada vez que hablas emborronas, aunque sea residualmente, al lenguaje. La acumulación de generaciones de hablantes da como resultado un lenguaje negro como un tizón, de lo que no nos damos cuenta pues no podemos compararlo con nada exterior a éste. Ello conlleva que realmente haya habido una edad de Oro - literalmente una edad de la limpieza -, de la que nos hemos ido alejando paulatinamente y hoy día, nuestro cerebro sea tan negro que, paradójicamente, todo lo que produce es potencialmente más limpio que éste, a poco que nos acordemos de donde provenimos.

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