El
Universo se nos aparece por medio del flujo de pensamiento. Saber,
valorar, sentir, juzgar o percibir son cosa de segmentos o
encabalgamientos de segmentos de ese flujo de pensamiento. El río que
nos lleva arrastra limo, barro, porquería. Lo sucio es nuestro medio
natural. Las religiones, lo antinatural, valoran por eso la pureza. Y la
última de las religiones conocidas la médico-higiénica, por encima de
todo. Lo bueno y lo malo, lo sano y lo insano son hojas que sobrenadan
un momento en la superficie de la corriente para hundirse a
continuación, hasta que son reemplazadas. No podemos asomar la cabeza
fuera del río. Nada (en el río) y así sea.
(Fragmento de "El apocalipsis" según Max, el hombre-lobo que perdió su luna llena)
(Fragmento de "El apocalipsis" según Max, el hombre-lobo que perdió su luna llena)
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