jueves, 4 de abril de 2019

En los albores del capitalismo moderno, la bolsa de comercio aprendió una optimista lección: "Si pedaleas, no te caes". Lástima que enseguida emprendiese una carrera contra sí misma que sólo le llevaría, a la larga, a una caída tras otra. El peligro estriba en no competir contra otro, porque el signo del capitalismo no es la competencia, sino el autismo. En efecto, el capitalismo no ha parado hasta lograr encerrar en su burbuja al orbe entero. La esfera cerrada sobre sí misma es su signo. El comunismo no era un sistema económico cerrado porque tenía al capitalismo como competidor. El capitalismo triunfante es el primer sistema económico plenamente autárquico. De ahí que se le pueda aplicar la optimista lección de sus inicios: "Si pedaleas, no te caes".

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