miércoles, 31 de julio de 2019

El filósofo y científico francés Pascal, que demostró la disminución de la presión atmosférica con la elevación en altura, cierto día ascendió al Puy de Dôme para comprobar con ayuda de un barómetro su principio. 
Era seguramente el primer hombre en tiempos modernos que emprendía la ascensión a la cumbre, y quizá sencillamente, el primer alpinista de la historia.
Precursor en tantos campos, Pascal no gozó de buena salud, ni física ni mental. Sus achaques puede que tuvieran algo que ver en su conversión al cristianismo militante.
Paso a paso fue conocido sobre todo por sus Pensées (Pensamientos), colección de máximas filosóficas y literarias que incluyen aquello de "el hombre es una caña pensante", que está sometido a todas las inclemencias y que, en el acto de morir, supera a las fuerzas que lo superan al tener conciencia de sí mismo.
Es un pensamiento, este, positivo, que enlazaría con su episodio de ascensión a la montaña, como dos momentos de superación. El mar puede ser gris pero en el fondo hay corales de brillantes tonalidades. Este es el espíritu.

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