domingo, 14 de julio de 2019

Solo los humanos sabemos del futuro. La flecha del tiempo que viene del pasado no se detiene así en el presente sino que tiene un recorrido mayor. Eso achica paradójicamente el presente, que es menor que en el resto de los animales y disminuye su valor. 
No sabemos qué hacer finalmente con el presente y eso incrementa la incertidumbre o, lo que es lo mismo, el futuro. Así, de la desvalorización del presente se nutre el campo abierto del futuro. 
Que no dispongamos muchas veces mas que de un futuro sombrío es señal de malcrianza y enrabietamiento. Infantilización, y, de este modo, retorno al origen. Pero el refugio del pasado está cerrado, así que, ¿inacción?, ¿ansiedad?, ¿depresión? La psicopatología de la vida cotidiana está llena de problemas mayores.

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